domingo, 19 de febrero de 2012

Los museos de Roma (I parte)

Ares restaurado por Bernini
Después de tiempo en silencio he decidido retomar mi actividad bloguera para contaros algunas de las cosas interesantes que estoy viendo en Roma, donde ahora vivo. Y es que hoy, domingo de sol y lluvia, me he escapado a visitar dos de las cuatro sedes que conforman el Museo Nazionale Romano: la Crypta Balbi y el Palazzo Altemps.

La Crypta Balbi, museo situado muy cerca de la zona arqueológica de Largo Argentina, es uno de los mejores ejemplos para ver la evolución de los distintos estratos de la ciudad. Se levanta en el lugar donde  estaba el gran pórtico (Crypta Balbi) anexo al Teatro Balbo, cinco metros por debajo del nivel de la calle actual, y sobre el que la evolución de los siglos ha permitido un buen estado de conservación de cada una de las distintas capas estratosféricas. Ello permite distinguir con claridad el muro romano de los medievales y modernos. Aparte, las instalaciones tienen numerosos paneles explicativos, así como vitrinas, en las que se exhiben interesantes piezas de todo tipo y época procedentes tanto del lugar como de otros puntos importantes de la ciudad. 

En cuanto al Palazzo Altemps, rehabilitado como museo en la década de los noventa, acoge una de las colecciones escultóricas más notables de Roma. Sus tres principales atracciones son los famosos mármoles El gálata suicida, el Trono Ludovisi y el Sarcófago Ludovisi. Paralelamente, este lugar es muy interesante para los apasionados de las restauraciones, ya que prácticamente todas las esculturas se presentan "completas" a causa de las intensas labores de los artistas del Renacimiento y el Barroco (independientemente de lo fidedignas que sean). Sin ir más lejos, es fascinante ver un pensativo Ares magistralmente restaurado por Bernini en 1622. Por lo que respecta al edificio, original del quattrocento aunque remodelado con los siglos, es muy llamativa una galería preciosamente pintada con frescos del XVI o la solemne capilla del palazzo.