jueves, 19 de abril de 2012

Hércules y sus Doce Trabajos

Llamado Hércules por los latinos, Heracles es el más célebre de los héroes mitológicos griegos. Hijo de Zeus y la mortal Alcmena, sus principales hazañas son los Doce Trabajos, llevadas a cabo a las órdenes de su primo Euristeo, rey de Argos. La principal fuente literaria que tenemos para conocerlos es la Biblioteca mitológica de Apolodoro, aunque también destaca la Biblioteca Histórica de Diodoro Sículo.
Heracles mata al león. Museo del Louvre
Hasta el 460 a.C. no vemos una representación completa del ciclo (metopas del templo de Zeus, Olimpia), aunque en el VI a.C. aparecen ya algunas escenas juntas, como las metopas del templo de Hera de Paestum o el vaso del Pintor de Cleofrades de la Villa Getty con los episodios de la hidra, la reina Hipólita y las Hespéridas.

Durante la época romana es más frecuente hallar los Doce Trabajos en una misma obra, incluso de forma yuxtapuesta, como en el sarcófago del Palazzo Altemps de Roma (III d.C.). En el Museo Arqueológico de Madrid hay un interesante mosaico con el ciclo (s. III d.C.) encontrado en la localidad valenciana de Liria.

No obstante, lo habitual es representar los episodios de forma aislada. Algunos trabajos tuvieron menor presencia en las artes, como el del jabalí, las yeguas de Diomedes o el toro de Creta. Por el contrario, el momento en que Heracles asfixia al león de Nemea es el episodio más recurrido, sobre todo en la cerámica ática, como muestra un lécito de figuras negras del Louvre (VI a.C.) o un vaso de figuras rojas del Museo de la Universidad de Philadelphia (490 a.C.).

Otro episodio muy popular en la cerámica es el de Los bueyes de Gerión, así como la escena en que el héroe coge o rompe los cuernos a la cierva de Cerinia. La representación más famosa de esta última es la ánfora del British Museum (VI a. C.). Notable es también el bronce conservado en el Museo regional de Palermo (I d. C.).

Eufronio dedica a la lucha entre Heracles y Anteo del trabajo de las manzanas de las Hespéridas, uno de sus vasos más destacados (510 a. C.), aunque será en época moderna cuando cobre notoriedad con el héroe asfixiando al gigante en el bronce y cuadro de Pollaiuolo (s. XV), el lienzo de Cranach (1520-30) o, posteriormente, una de las fuentes del Palacio de Aranjuez (1810).

En cuanto al episodio de la reina Hipólita, encontramos comúnmente en la cerámica del VI-IV a. C el momento en que Heracles consigue el cinturón de la soberana.

Hércules Farnesio
De forma paralela, fue muy habitual representar, sobre todo en escultura, a Hércules descansando. El mayor ejemplo es el Hércules Farnesio del Museo Nacional de Nápoles, copia en mármol de un bronce de Lisipo del IV a.C. La escultura muestra al héroe cansado tras finalizar sus trabajos y apoyado sobre sus atributos. También muchos gobernantes quisieron ser representados como Hércules, símbolo de fuerza y heroísmo, como el emperador Cómodo en su famoso busto (II d. C.) o, en época moderna, el lienzo rey Enrique IV de Francia, vestido con la piel de león, el mazo y pisando a la hidra decapitada. La victoria sobre la hidra, que aparece en distintas cerámicas y mosaicos, se ha representado mucho en la pintura italiana, con autores como Antonio del Pollaiuolo (1475). Destaca en el XIX, el lienzo del francés Gustave Moureau (1876).

A partir del Renacimiento y la recuperación artística de la mitología, Heracles fue muy representado por artistas como Carracci para decorar una estancia del Palacio Farnesio (1595-97) o Reni (1617-20) en una serie de cuatro cuadros.

Dos de las series más interesantes del XVII sobre Los Doce Trabajos son las propuestas por Zurbarán en los diez lienzos destinados al madrileño Palacio del Buen Retiro (1637) y los cuatro cuadros que Rubens dedicó a Hércules, de los cuales dos también aluden a los Trabajos (1636-38). Tras más de 2.500 años la influencia de los Doce Trabajos no ha desaparecido, tal y como todavía hoy muestra el artista asturiano José Manuel Félix Magdalena en algunas de sus recientes esculturas.